Tiene que haber algo más en la vida que esto ¿No? Tengo la impresión de que antes todo duraba un poco más. Claro, puede que todo esto sea sólo una alteración en mi percepción, ya de por sí casi simpre distorsionada. La vida me sabe a un sin fin de efimeridades; desde las cuestiones más elementales, superficiales y materiales; hasta llegar las complejas interacciones humanas ¿Dónde quedó la calidad? ¿Cuándo la sobrepusimos ante la cantidad? Más seguidores, más likes, más mentiras, más, más, más...Más vacíos, más inseguridades acumuladas, más lejos de nuestra realidad. Lo que realmente sucede detrás de la lente, se queda en un foco de pantomimas. Perdimos la habilidad de intimar y profundizar, de sentirnos a nosotros mismos y a los demás. Nos ignoramos porque preferimos sentirnos adormecidos, tenemos miedo a sentir, al dolor de sabernos no-muertos. Y de pronto estamos más solos que siempre.
En fin, el ejercicio de escribir conforta y desenreda la mente de alguna forma: una especie de eco, reflejo y luz esperando llegar al otro lado.
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